lunes, 11 de agosto de 2008

Así son

No soy quien para sermonear sobre la idiosincrasia de los argentinos. Y menos después de tan poco tiempo de convivencia –un mes y medio-. Por eso trataré de ser prudente a la hora de bosquejar algunas valoraciones. En primer lugar, me serviré de un indicador un tanto heterodoxo, pero a mi juicio elocuente, para demostrar que los argentinos baten a los españoles en impuntualidad: en las escaleras mecánicas del metro nadie respeta la convención de dejar libre el lado izquierdo a modo de carril de alta velocidad para aquellos que andan con prisa.

La urgencia por llegar a tiempo aún no martiriza el ánimo local, pero la adaptación puede ser un tanto latosa para el visitante. Una mañana, salía del subte camino de la redacción de La Nación con el tiempo justo. Precisamente un espécimen de esa raza tan apresurada, un señor de negocios, permanecía contemplativo, obstaculizando el carril izquierdo y la ascensión se me hacía infinita. Se me escapó, inconscientemente, un chasquido de la lengua, seguido de un impertinente resoplido, que mi compañero de viaje ni siquiera advirtió. Sólo me quedó la resignación y celebrar con gusto este modo de vida más relajado.

A buen seguro que esta costumbre española, importada por supuesto de la acelerada y estresada Europa, sólo se respeta desde hace pocos años. Hoy la hemos incorporado casi como un acto reflejo, pero me pregunto cómo fue ese momento del cambio, el día de la inflexión en que la presión del reloj se impuso y empujó a unos pocos a un lado de la barandilla, para que la mayoría escalara los peldaños con la cara descompuesta, imprimiendo a nuestra convivencia un ritmo vertiginoso.

Otro atributo esencial del argentino medio es el respeto a las normas de cortesía. El saludo matutino a los colegas del trabajo no se reduce a un impersonal buenos días, El/la argentino/a le planta un beso en la mejilla a todos y cada uno de sus compañeros. Ojo, sólo uno y no dos como en España y ojo, tanto a sus compañeras como a sus compañeros.

Más de una vez me he sonrojado por no respetar las etiquetas. Por ejemplo en el ascensor del periódico. A diferencia de los países histéricos, como el de mi procedencia, en Argentina no evacua primero el más cercano a la puerta. Ladies first. Que los advenedizos observen esta regla para no verse en situaciones embarazosas, y recuerden, cada vez que crucen un umbral, dejen pasar antes a las féminas. Y si se quiere quedar como un genuino galán, ábrase la puerta del coche a las "delicadas" señoritas.

Como veis, las asociaciones de feministas no hacen mucho ruido por aquí. La fijación por las formalidades, puede llegar a ser enfermiza. Las hay de raigambre tan secular que resultan anacrónicas: ¡algunos argentinos llegan a ceder el lado interior de la acera a las hembras para, supuestamente, resguardarlas del peligro de la calzada. Y yo me pregunto, ¿de qué demonios las protegen?, ¿del riesgo de que un caballo desbocado precipite el carruaje sobre los viandantes? He aquí, a diferencia del ejemplo de la escalera mecánica, una división mental de la senda: el costado exterior, para los caballeros; las damas, “arrimaitas” a la pared, al cobijo de los impredecibles riesgos de la vía pública. Perdón, al principio prometí prudencia, pero es que…

10 comentarios:

diego dijo...

Pero es que sos español,amigo.
Y europeo por genealogía.
Y la prudencia,tan bienvenida como odiosa,es un sustantivo,un concepto y una actitud que les es ajena.

nandocrak dijo...

Querido Diego,

espero que no te ofendiera mi observación. Mi intención principal no era otra que mostrar esas diferencias entre las costumbres de un lado y otro. Obviamente no podía contener una chispa de crítica contra un hábito que, a mis ojos, resulta un tanto llamativo y estridente. Probablemente a muchas mujeres españolas les resultaría desmesurada y, ¿por qué no?, ofensiva.

Aquí en Argentina se pueden escuchar cosas que en España resultarían bochornosas. Como que una presidenta, para anunciar una subida de sueldo a los militares, se suba a la tribuna y bromee sobre su fragilidad física, que le habría condicionado para aceptar los reclamos laborales castrenses.

diego dijo...

Amigo,lo que la literatura europea ha alumbrado del '50 a esta parte (llamémosle Lacan,Foucault,Castoriadis,Derrida y para qué tanto seguir nombrando si sabemos de qué hablamos)lo ha imprimido Europa ( y España-nuestra Madre-Abuela-España a la cabeza,como que la industria editorial les alimenta)pero sólo lo ha/hemos desentrañado América (no juzgues/n vanamente erróneas las vanas conjunciones sujeto+verbos) y para tamaña parafernalia reflexiva deviene obvia la premiaciòn intelectual de España a las Américas en cada ocasión que puede (llamésmosle Gelman,etc.).
Pero vos (tú) y yo (yo) sabemos que tu/su/vuestra observación porteña desde el cabarute (vb:cabaret)pasando por los descamisados (Google)hasta esta imprudencia última de tu último mensaje,son ejercicio de una agenda que no contempla al Otro (con Lacan,digo) como par.
No has inaugurado (¡Qué va,ni siquiera has podido imaginar -intelectual y/o afectivamente!) un par desde que desembarcaste,Fernando.
¿Qué te diferencia de la ética y la estética de 'la conquista'? ¿Qué hace de vos un interlocutor que valide establecer un diálogo consistente entre esa España (¿Europa?)y esta(s) América(s) o esta Argentina que creés ver en un par de meses recorriendo Mc Donalds porteños?¿Has notado que entre el Norte piramidal y el Sur glaciar hay más denotación y connotación que cualquier ejercicio de lingüística en El País -mediando tu intercambio con La Nación,incluso- pueda mostrarte?
Amigo,'prudencia' es un * entre Uds. (no dejo de comprobarlo) y
'Humildad',una nota al pie que no pueden llenar.
¡Si pudieran! Hasta casi diría que sería un placer saber qué dicen (Uds.) de nosotros.
Veras que -no siendo así- uno torna su verba esta guarrada casi futbolera,por la cual (como que anticipamos a las hembras al descender del elevador)sentimos que debemos pedir disculpas.
Un abrazo,siempre (ese abrazo que hemos heredado de los abuelos que Uds.no recuerdan).
DS

Anónimo dijo...

Que a una le dejen salir antes o entrar antes en el ascensor, que el chofer del bus le deje a una en la puerta de su casa y no en la parada habitual porque la calle parece estar cortada, que los hombres le cedan los asientos como si fuera embarazada y no una estudiante veinteañera más...que quereis que os diga...ES UN VERDADERO GUSTO!

Irene Benito dijo...

Los argentinos somos simbióticos y creo que ahí reside nuestra rareza, belleza y máxima dificultad. En el tejido social hay genes europeos (importados de España, Italia, Francia, Inglaterra, Polonia, Alemania...), genes nativos (procedentes de las distintas comunidades aborígenes que habitaron el país), genes orientales (aportados por turcos, árabes, libaneses, coreanos, chinos...) y, últimamente, también genes latinoamericanos (aparecidos por obra de la inmigración paraguaya y boliviana). Esta composición heterogénea explica que haya una diversidad enorme en las costumbres y en los modos de vida, porque no existe un único patrón de referencia (la herencia cultural es múltiple). Y cada vez que alguien ha tratado de imponerlo, sólo ha logrado empeorar las cosas. Por lo tanto, me cuesta mucho saber cómo son realmente los argentinos, cómo somos. Hay códigos indudablemente compartidos por una mayoría, pero también hay otros -muchos- que no lo son y que, sin embargo, caracterizan a una porción de la población.
En este laberinto difícil, valoro que alguien se detenga a observar a la sociedad e intente expresar lo que ve y siente. Ha dado pie a que me ponga a pensar sobre algo que doy mecánicamente por sentado. Gracias.

Unknown dijo...

¿Qué base tiene que los europeos no son prudentes?

No digo ni que si ni que no, sólo quiero saber el motivo.

Gracias.

diego dijo...

Juan Diego,que he llamado 'imprudentes' los europes,es una presunción de tu parte. He intentado ser tanto más abarcativo como específico,aunque -es cierto- no me interesó demasiado la claridad.Me he referido a(todos) quienes -como Fernando- escriben 'Así son' (y a penas a modo de ejemplo), (d)escribiendo como (d)escribe(n),lo que (d)escriben.Irresponsablemente cada putno y cada coma.Respecto de la entrada referida, en mi comentario,menciono mis causas para sostener esaa adjetivación.
Aclarandno esto no quiero 'borrarme' de explayarme o explicarme más ampliamente,pero sí de lo deseo de este medio como medio viabilizador de mucha más seriedad como no sea la coloquial,lo que no es poco,pero no es el registri más potencialmente intereseante,al menos para mí.
Quiero decir:ese/esos imprudente(s) pueden ser los Fernandos así,los periodistas así,los intercambios así,los madrilenses así,los españoles,así, los ¿treinteañeros? así,los varones,así,los europeos así,si vos querés.¡Y quiçén sabe cuántas otras fenotipias de Fernando me estoy perdiendo de evaluar! Es decir:en ese 'así' incluyo las entradas de este blog,las representaciones sociales,psicológicas, ideológicas y filosóficas de su autor (al menos las que se evidencian a partir de una lectura crítica su estos escritos) y asumo que su background de, a ver: periodista,clase media,español,madrilense,europeo,varón,etc.,etc.etc., le indican 'imprudentemente' formular aseveraciones,reflexiones,emitir opiniones y hasta redactar descripciones sin conocer el paño,por usar una expresión antuigua.Y, consecuentemente,adoptar actitudes y desplegar conductas consecuentes con una mirada 'así'.
Luego,sé que la historia de España para con 'la otredad' no es ni ha sido 'prudente' (es parte de lo que un comentario aquí no habilita a expandir,pero de ese verbo se trata la imprudencia española,también); sé que la historia Europea para con 'la otredad' tampoco lo ha sido aunque, con varias expepciones,lo está siendo.Luego,digo 'imprudente' en una delicada cadena sinonímica por 'irrespetuoso'.Y el trato,el acercamiento,la observación y el vínculo propuesto desde España y también desde buena parte de Europa ha sido y es irrespetuoso,ligero,vanal,pretencioso,engrupido,avasallador,insolente,imprudente,finalmente.Colonizador,sino siempre,casi.Pero en ese adverbio,apenas excepciones íntimas,dignas,valiosas,pero no abarcativas para con las sociedades,las americanas,al menos.
Como toda lectura sociológica,histórica,cultural,psicológica,filosófica o ideológica,es subjetiva.Apoyada en formación y estudio,pero subjetiva al fin.¡Y enhorabuena!
Sí, es saludable, para no abusar de este medio y si te interesa,que tu propio acercamiento -sistemático y serio- a fuentes en cualquiera de esas disciplinas, te lleven a tomar partida respecto de estas afirmaciones (mías,pero sólo porque hemos instaurado este diálogo). Digo, que sea un 'sí' o un 'no' o un 'a veces' claro y todo lo contundente que la inetracción entre vos y esas fuentes pueda permitir, tu posición.Porque -al menos desde mi óptica- son afirmaciones tan ciertas como argumentables,como cualesquiera.Digo,finalmente:cualquier cosa menos '¿por qué no te callas?',¿verdad? Ejemplo irreductible de la más contemporánea imprudencia de un español que sigue presentándose y siendo sostenido como símbolo de la 'hispanidad'.
Y de allí a Colón,amigo,te quemarás las cejas.Y sólo hablamos de España.Que para ocuparte de Europa, no te alcanzarán los días de tu vida para evaluar literatura al respecto.
Un saludo cordial.

Unknown dijo...

Gracias Diego, sobre todo por lo conciso de tus palabras. ¿Por qué escribir en cinco líneas lo que pueden ser cien? Al carajo la elipsis.

Es cierto que el análisis de Fernando es imprudente, pero yo me lo tomo más como un chiste, como un monólogo de bar. No intenta sentar ninguna cátedra.

¿No crees, en cambio, que lo imprudente es entrar al trapo y sentirse ofendido por un simple comentario (no rebuscado, sobre todo por un amante de lo diferente, de lo extranjero)? Espaldas, amigo.

Un saludo desde Málaga.

diego dijo...

¡Es que de charlas de bar está poblado el divertido universo! No por ellas,el universo es menos atractivo. Discutiría que sí es menos serio e interesante.
Pero,¿para qué intentar 100 líneas a sabiendas de que no le dirán mucho a nadie?
Nunca menioné, y entiendo que no puede seriamente levantarse de mis intervenciones,el sentimiento de 'ofendido'.No lo estoy de hecho.
Harto,sí.De charlas de bares,pero sobre todo,de las pretenciosas.
Pelotas,ofrezco,ya no espaldas.
Digo,hay otros intercambios más interesantes para las espaldas.
Un cordial saludo,desde Buenos Aires.
Pd: No dejes de intentar esas lecturas.

Ana Tamagno dijo...

¡Que vivan las subjetividades! Estoy absolutamente a favor de ellas. Pero me aterran cuando vienen de la boca de un periodista, y de la mano de generalizaciones. Respeto la subjetividad, desde ya; y como tal, la opinión. Pero me molesta sobremanera que se metan en una misma bolsa a más de 30 millones de personas.
Si tu mención, Fernando, a la prudencia, tiene un anclaje real y no es un vano adorno en tus escritos, me gustaría que tengas más en claro que para ser prudente hace falta mucho más que mes y medio en un país tan vasto y polifacético. Y que seas vos mismo quien lo asumas así, de antemano, pues es tan obvio que no tendræia por qué venir a hacértelo notar alguien más. Ergo, para ser prudente, te invito a recorrer algo más que la Capital. Será seguramente un viaje enriquecedor para vos y para el ejercicio de tu pluma, de tu profesión. Te recuerdo, por tanto, que Argentina (¡gracias al cielo!) no termina en la General Paz, y te invito a recorrer al menos un poco más de este país que hoy te recibe, rico en la belleza de su gente, gente ésta de todo tipo, muy poco parecida al ciudadano arquetípico que describís todo el tiempo.

Saludos,

Ana

P.D.: Y, hablando con amigos de España, no encontré ninguno que revalidara tus nociones sobre buenas costumbres y buenos modales. ¿Hablás aquí a título personal, o cómo?